Los “false
friends” son esos amigos que parecen una cosa pero que resultan ser otra.
Con ellos nos confiamos pero después la hemos liado.
Con “false friends” o falsos amigos nos referimos a
aquellas palabras que se escriben igual o de manera similar en inglés y
castellano pero cuyo significado es complemente diferente. Uno de los ejemplos
más característicos en castellano e inglés es Emabarrassed que en inglés
significa avergonzado y que se parece sospechosamente a “embarazada” en
castellano. Si queremos referirnos a que una mujer está embarazada, tenemos que
utilizar el adjetivo “pregnant”.
Otro ejemplo típico las palabras “assist” y “attend” que
en castellano significa justo lo contrario de lo que se podría pensar. Precisamente verbo “to assist” significa ayudar o
atender a alguien “I had to assist my grandmother” o “volunteers
assisted in searching for the boy”, mientrasque “attend” significa “asistir”. Por ejemplo: “I attend to the concert with
my girlfriend”.
De la misma manera ocurre con “pretend” que en inglés
significa “fingir”: “I pretend to be calm”. Si queremos utilizar el verbo
“pretender” en inglés, tenemos que utilizar “to intend”: “I intend to lose
weight over the summer”.
Un articulo interesante propuesto por Raúl Mesa uno de nuestros profesores:
Las humanidades en la era 2.0
"En el mundo de hoy prima la utilidad: no damos
un paso sin saber para qué o qué obtendremos a cambio. Y si uno se pregunta qué
logra con leer a Dante o aprender latín es probable que la respuesta sea cero.
¿Realmente las Humanidades no tienen utilidad? ¿No aportan nada?
Portada del suplemento ES del 15
de octubre del 2011
Hace unos meses el responsable de Salut de la Generalitat de
Catalunya, Boi Ruiz, declaraba que si uno quiere estudiar Filología Clásica por
placer se lo tendrá que pagar. Más allá de las ampollas que sus palabras
levantaran entre quienes cursan o imparten estas enseñanzas y del debate
surgido en torno a si todos los estudios universitarios no son “por placer”
porque nadie obliga a hacerlos, la reflexión del político catalán escenificaba
el escaso valor que las administraciones conceden a losestudios
clásicosy, en
general, a las enseñanzas englobadas bajo el término Humanidades: latín,
griego, literatura, filosofía, historia… Los actuales planes de estudio no
contemplan la enseñanza del latín ni de la filosofía durante la escolarización
obligatoria, incluyen la historia como parte de la asignatura de ciencias
sociales, y la literatura se aborda en las clases de lengua. También durante el
bachillerato los alumnos pueden obviar algunas de estas enseñanzas y plantarse
en la universidad para cursar Derecho o Historia sin haber estudiado nunca, por
ejemplo, ni latín ni griego.
Cabe pensar que es así porque los responsables de planificar la
formación de lasfuturas generacionestienen claro que no necesitarán estas
enseñanzas, que en el mundo que van a vivir esos conocimientos no les servirán
de nada. “Parece que las Humanidades entren dentro de la categoría de lo inútil
y por eso es frecuente preguntar para qué sirven; si su utilidad la medimos en
términos de rendimiento económico o de aplicabilidad, la respuesta quizá sea
para nada; pero si pensamos en sus beneficios en términos de valores, de
conocimientos, de la información que nos dan y cómo nos ayudan a pensar, sí que
sirven”, afirma Laura Borràs, profesora de Literatura de la Universitat de
Barcelona, investigadora sobre tecnologías digitales y defensora de las
Humanidades digitales. Jaime Siles, presidente de la Sociedad Española de
Estudios Clásicos, asegura que de las Humanidades depende nuestra visión del
mundo, nuestra representación verbal de la realidad, y que quienes cuestionan
su utilidad son quienes parten de unamentalidad completamente
economicistay
materialista, quienes ven al ser humano únicamente comohomus
economicusy
consideran que uno estudia para ejercer una profesión, no para formarse. “Y es
ese planteamiento, el confiar todo a lo económico, el que nos ha llevado a la
crisis y a la situación sin salida que vivimos hoy, porque el ser humano es
algo más que un instrumento o una herramienta; sin filosofía, literatura o
lenguas clásicas es difícil ser persona, porque esas enseñanzas nos ayudan a
comprender la realidad, a interpretarla”, apunta Siles.
Tampoco es que el debate sobre la utilidad de las Humanidades o su
encaje en un mundo científico y tecnológico sea nuevo. Hace décadas que se
habla de su declive. Basta navegar unos minutos por internet para hallar media
docena de conferencias y artículos al respecto que se remontan al último cuarto
del siglo pasado. Hans Ulrïch Gumbrecht, profesor de Literatura de Standford,
decía en 1999 que las Humanidades ya vivieron su primera crisis en el siglo
XIX, al fundarse como tales sobre unos principios ya cuestionados, y una
segunda en los años sesenta y setenta cuando se quiso transformarlas en
Ciencias Sociales, mientras que su decadencia actual la vincula con laobsesión
por la profesionalizacióny la pérdida de sentido de la formación
individual.
Años después, y a pesar de tan negro panorama, más de 130.000
personas están matriculadas en alguno de los grados o licenciaturas que las
universidades públicas españolas enmarcan como de Arte y Humanidades. En el
curso 2008-2009 suponía el 8,5% de quienes estudiaban en las universidades
públicas presenciales. ¿Por qué lo harán? Es lógico pensar que alguna
aplicación práctica le verán, en especial los casi 4.000 que tienen otro título
universitario previo, personas que en su mayoría trabajan y se esfuerzan para
estudiar Humanidades a distancia a través de la UOC o la UNED.
“Las Humanidades no son saberes de aplicación práctica inmediata,
pero su cultivo puede enriquecer y equilibrar el espíritu de los que han de
decidir las aplicaciones de la ciencia y los usos de la tecnología”, explicaba
en 1987 el psicólogo José Luis Pinillos en su artículo “Las humanidades en un
mundo técnico”. Más de dos décadas después, cuando quienes se dedican al ámbito
de los recursos humanos aseguran que hoy el perfil formativo es sólo un elemento
más de la empleabilidad de una persona, y que para seleccionar a un trabajador
cuenta tanto su formación como sus aptitudes y actitudes, los estudios de
Humanidades se erigen como aquellos que no preparan para un oficio pero que sí
ofrecen habilidades que pueden tener un amplio uso profesional. Laura Borràs
pone como ejemplo la literatura, que es lo que conoce más de cerca: “LeerLolitaoLa Ilíadano
tiene una aplicación práctica ni te hace mejor persona, pero sí te amplía en
tus parámetros; la literatura te ayuda a mejorar el bagaje lingüístico, a
desarrollar tu discurso, a saber argumentar las ideas”, afirma. Y subraya que
igual que se tiene claro que aprender matemáticas es útil para todos,
independientemente de a qué se vayan a dedicar, lo mismo ocurre con la
literatura, la filosofía o las Humanidades en general. “Hace falta conocer el
pasado, leer y comprender lo que lees, reflexionar sobre las contradicciones
humanas, para desarrollar el juicio crítico o la empatía, y esta sirve tanto al
ingeniero como al médico”, dice. Y llama la atención sobre la hipocresía que
supone no apoyar las Humanidades porque no sirven para nada desde el punto de
vista económico y luego reivindicar que la lectura es importante.
Jaime Siles asegura que hoy se denosta el latín y el griego
olvidando que toda nuestra cultura y las fuentes de nuestra historia hasta el
siglo XVIII están en esas lenguas y que cada generación ha de hacer sus propias
traducciones para redescubrir todo ese pensamiento. “No hay que olvidar que elRenacimientoy laIlustraciónparten del redescubrimiento del latín,
el griego y sus autores”, apunta.
Más allá de permitir revisitar el pasado parece que el latín y el
griego contribuyen a organizar mejor el cerebro y al desarrollo del pensamiento
lógico, y potencian la capacidad de razonar y de expresar el propio
pensamiento, habilidades que perduran incluso cuando los conocimientos
concretos sobre estas lenguas se olvidan. El estudio del griego se vincula
además con un desarrollo de lacapacidad de abstracciónde la persona, porque al estudiarlo
uno debe separar el concepto contenido en una palabra de la grafía, ya que se
utiliza un alfabeto distinto al que se está acostumbrado. Otras utilidades
derivadas del estudio de las lenguas clásicas es que facilitan el aprendizaje
de idiomas –sobre todo si tienen declinaciones– y, que, al ponernos en contacto
con culturas milenarias y fomentar la lectura, estimulan la capacidad de
contemplación y un mejor desarrollo de la personalidad.
La filósofa estadounidense Martha Nussba, enSin
fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades(Katz), asegura que la crisis actual
no es una crisis económica, sino educativa, y reivindica la formación humanista
como imprescindible para la democracia porque lleva a empatizar con el otro, a
formarse en valores, y eso mejora la convivencia. También el filósofo y
profesor de Literatura Jordi Llovet, enAdéu a la Universitat.L’eclipsi de les humanitats(Galàxia Gutenberg), defiende la
vuelta a la educación pretecnológica, basada en las explicaciones de palabra y
en el debate de ideas, y centrada en el legado literario, artístico y
científico de Occidente, “porque no se puede tener un sistema democrático
propiamente dicho si la ciudadanía no estápreparada intelectualmentepara discernir las cosas que pasan
cada día con sentido crítico”.
Claro que no todo el mundo está de acuerdo en estos
planteamientos. “Con todo mi respeto por estas asignaturas como saberes
especializados, me parece que vincular la crisis social y educativa que vivimos
con la escasa atención que se presta en los programas educativos al latín, el
griego o la filosofía es lo mismo que vincularla a que ya no va nadie a misa;
lo de la filosofía, como aparentemente abarca todo el saber, quizá sería más discutible,
pero si de lo que se trata es de comprender los problemas de la persona y la
sociedad, hay que tener presente que la filosofía de nuestro siglo está
dispersa en el conjunto de las ciencias humanas y sociales; para comprender el
siglo pasado y lo que va de este, por ejemplo, es bastante más útil comprender
a Keynes o a Freud que a Heidegger o Husserl”, afirma Mariano Fernández
Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense. A su juicio,
lo que está en cuestión no es la trascendencia de la formación en Humanidades,
sino qué Humanidades. “Es preciso que como ciudadanos, productores y
consumidores comprendamos las bases, los mecanismos principales y los efectos
del cambio producido por el desarrollo científico y técnico, pero las Humanidades
clásicas ayudan muy poquito en eso, comenzando porque, por lo general, ni
siquiera lo entienden; otra cosa serían las Ciencias Sociales (historia,
sociología, antropología, psicología, economía) aplicadas al estudio de la
ciencia, la tecnología o el trabajo, o la rama específica de Filosofía de la
Ciencia”, enfatiza Fernández Enguita. Y opina que los estudios de humanidades
deberían redimensionarse a la baja en la enseñanza general porque su
trascendencia no es la de antaño.
En cambio, hay quien opina que precisamente ahora, con las nuevastecnologías
de la información, con el triunfo de las biociencias y las
biotecnologías, asistimos a un resurgir de las Humanidades y se abren nuevas
perspectivas y demandas para estos especialistas. El estadounidense Stanley
Fish, profesor de Derecho y Humanidades, habla del triunfo de las Humanidades
cuando se alían con otras disciplinas, y dice que ya ocurrió en los setenta con
las Ciencias Sociales y ahora con las biohumanidades, las neurohumanidades o
las geohumanidades. Son muchos y de muy diferentes ámbitos los estudiosos que
sostienen que la dualidad humanismo decadente versus ciencia imparable es una
contradicción que afecta a la raíz misma del pensamiento humanista, y que las
fronteras entre disciplinas son muy difusas. Explican que no es posible
ocuparse de la ciencia sin utilizar un lenguaje rico en metáforas, igual que la
tecnología no es más que un vehículo que se carga, por ejemplo, de información,
textos e ideas, es decir, un estímulo para la producción intelectual.
Laura Borràs indica que la proliferación de equipos
multidisciplinares en muchos ámbitos laborales está creando nuevas
oportunidades de empleo para quienes estudian humanidades. “Con las
herramientas digitales las humanidades pueden repensarse y encontrar salidas;
para diseñar una aplicación literaria para el iPad hacen falta diseñadores
gráficos, pero también literatos, documentalistas, músicos...”, señala. Y añade
que ya se habla de neuroarte, de neurohistoria y, en general, de neurohumanidades,
para referirse a los trabajos que analizan, por ejemplo, qué procesos
cognitivos se activan al leer o qué lado de la cara se nos muestra en las
pinturas de una determinada época histórica para saber si el referente de
entonces era el hemisferio cerebral derecho o el izquierdo. “Para realizar e
interpretar esas investigaciones se requieren neurólogos, psiquiatras,
profesores de filosofía, de historia, de arte...”, comenta Borràs. Lo mismo
ocurre con las denominadasbiohumanidades,
que tienen que ver, por ejemplo, con los procesos de implante de prótesis en el
ser humano. “Una operación de reducción de estómago exige un cirujano, pero
también la intervención de psicólogos o filósofos que ayuden a la persona a
adaptarse a una nueva forma de vivir”, ejemplifica. Mayor desarrollo han
alcanzado ya las geohumanidades. Su práctica más frecuente es la vinculación de
conocimientos literarios, artísticos o históricos a una ruta con el soporte de
un GPS. Laura Borràs cree que esta aplicación de las humanidades a otras
disciplinas debería acabar con su etiqueta de inútiles por falta de
rentabilidad, puesto que tras ellas hay un rendimiento económico.
Que hoy hay opciones de empleo, y algunas muy nuevas, para los
licenciados en las diferentes ramas de humanidades lo corrobora el director de
Porta 22, la plataforma de investigación y difusión de las tendencias del
mercado laboral del Ayuntamiento de Barcelona. Después de cotejar en su base de
datos qué ofertas de empleo piden titulados en Filosofía, Historia, Historia del
Arte, Ciencias de la Música, Bellas Artes, Antropología, Literatura o
Filología, entre otros estudios, Lorenzo Di Pietro indica que las salidas más
habituales se dan en los ámbitos de gestión cultural, en las industrias
culturales, en comunicación, en el sector de las tecnologías de la información
(TIC), en medioambiente y en el de servicios a las empresas. “Elmercado
laboralya no es
tan rígido como hace años y para muchos trabajos se admite gente que ha seguido
diferentes itinerarios formativos; el binomio ocupación-formación cada vez está
más difuminado y tu salida profesional puede alejarse del núcleo de tus
estudios; un filólogo puede trabajar como filólogo pero también comowebgardener,
es decir, como encargado de actualizar los contenidos y el material gráfico
colgado en la web o intranet de una firma, o como infonomista empresarial, es
decir, administrando la información que una empresa facilita en distintos
soportes”, explica el director de Porta 22. Subraya que, en términos relativos,
la salida profesional que más puestos de trabajo crea está en el sector de las
telecomunicaciones y las tecnologías de la información (TIC) y es la de
especialista en sistemas de información geográfica. Se trata de personas que
manejan información cartográfica, digitalizan mapas y diseñan rutas para
múltiples aplicaciones de los GPS. También se reclaman licenciados en
Filología, Historia del Arte, Bellas Artes o Música como responsables de
patrocinio, de servicios educativos para museos, gestores de derechos, especialistas
en edificios patrimoniales, y asesores o correctores de estilo en las
industrias culturales. Di Pietro enfatiza que la visión global del conocimiento
que tienen muchos licenciados en humanidades constituye un punto a su favor en
el proceso de búsqueda de trabajo porque son más adaptables y saben trabajar en
equipo. “El sector de medioambiente, por ejemplo, ofrece muchas opciones de
trabajar a estas personas si añaden a su titulación algo de formación contínua,
porque en ese ámbito las habilidades comunicativas y el bagaje cultural son
apreciados”, ejemplifica.
Lo cierto es que algunas escuelas de negocios han comenzado a
introducir en sus programas de dirección y administración de empresas
contenidos relacionados con las humanidades, como historia, filosofía o
antropología para complementar sus cursos de liderazgo, en línea con la
transversalidad o transdisciplinaridad que impregna hoy el mundo laboral.
Algunos estudiosos, como Alfonso de Toro, catedrático de Filología Románica en
la Universidad de Leipzig, defienden reformar también la estructura de las
enseñanzas. “Las de humanidades, en lugar de estar agrupadas en facultades,
deberían ser módulos de una estructura superior donde intervengan diferentes
disciplinas, porque ocuparse del descubrimiento y conquista de América requiere
historiadores, etnólogos, arqueólogos, antropólogos, expertos en lenguas
precolombinas...”, sugería en un artículo sobre el futuro de las humanidades
publicado la revistaUniversumen el 2008.
También hay quien opina que no hay que preocuparse tanto por lassalidas profesionalesde quienes estudian humanidades porque
se trata de unas carreras vocacionales, sin una gran demanda, y donde los
licenciados suelen encontrar encaje en la docencia. “En latín y griego hay
equilibrio entre la demanda de estudiantes y la oferta de plazas de profesores
de instituto”, indica Jaime Siles desde la Sociedad Española de Estudios
Clásicos. Según datos de la Universidad Complutense referidos a la inserción
laboral de sus titulados, el 62,5% de quienes estudiaron Filología Clásica
trabaja y, en su mayoría como docentes. En cambio, más del 40% de quienes
cursaron Filosofía no trabaja en nada relacionado con sus estudios. Entre los
licenciados en Lingüística, son más los que dicen que su trabajo no tiene que
ver con lo estudiado que los que sí han necesitado la carrera, situación
similar a la que relatan las últimas promociones de licenciados en Historia del
Arte.
Somoshumanos y tenemos la
posibilidad de desarrollar nuestra CREATIVIDAD, creemos en
el proceso creativo y debemos apoyar su despliegue.
“La creatividad se aprende
igual que se
aprende a leer” KEN ROBINSON
Todos poseemos un talento, todos tenemos la
capacidad de ser creativos y la mayoría vivimos sin saberlo convencidos muchas
veces de que el creativo es saber
componer melodías o escribir un poema.
KEN ROBINSON, experto en el desarrollo de la creatividad, reclama en sus
libros que en la sociedad existan entornos donde cada uno pueda encontrar la
inspiración necesaria para desarrollar su creatividad. Sugiere que no solamente
debemos cambiar el sistema educativo sino también a las personas,
“las personas deben ser más creativas”.
¿Y
qué ser más creativo?
¿qué
es la creatividad?
¿cuáles
son los secretos para ser creativo?
Hay algo en lo que somos totalmente distintos del resto de vida de la
Tierra y es que tenemos una imaginación muy potente. Gracias a la imaginación se puede viajar al pasado, anticipar el
futuro y se puede asumir el punto de vista de otra persona. KEN ROBINSON cree
que ahí radica el rasgo distintivo de la inteligencia humana. La creatividad es
un paso adelante. La creatividad significa poner la imaginación a
trabajar. También se puede entender como la capacidad
de tener ideas nuevas que sean valiosas.
La creatividad es un proceso
que sale de uno mismo, que uno mismo elabora. Se necesita constancia,
paciencia, observación, investigación, dar pasos, muchos pasos, sin llegar a
pensar que se está fallando, porque hay muchos errores y “si no te equivocas,
no evolucionas nunca”
Los
Secretos de la Creatividad
1.-Escoger aquello que más nos motiva, nuestro elemento. Decimos que alguien está en su elemento cuando
hace algo con lo que se siente cómodo, como pez en el agua, que le encanta lo
que hace y le llena de energía.
Estás en tu elemento cuando se altera tu sentido del tiempo
2.- Conectar y ponerle PASIÓN porque
la creatividad es pasión y la pasión es el motor que mueve nuestras vidas y el
mundo en el que vivimos.
3.- Se necesita entrega, esfuerzo, práctica y disciplina para ir
mejorando, controlando y dominando la técnica. El objetivo es controlar
el elemento y para ello hay que ponerle esfuerzo,
práctica, dedicación, pensamiento… “Ser creativo no es hacer cualquier cosa que
se te pase por la cabeza porque para poder ser creativo hay que, con el tiempo,
controlar los materiales con los que trabajas y así, al final, llegar a ideas
originales que aporten valor”.
4.- Por último, es necesario arriesgarse, lanzarse aunque en ocasiones salga mal. Si le preguntas a un
científico cuántos experimentos fallan en una investigación te diría que la
mayoría, más del 90%, y añadiría “fallar” no es la palabra, “en ciencia no se
considera un fracaso, estás descubriendo lo que no funciona, no se puede
descubrir lo que si que funciona hasta que exploremos muchas posibilidades que
no salen bien”.
¡Sé creativo! Todos
tenemos la capacidad de imaginar y de crear.
Los seres humanos
somos ÚNICOS.
No dejes de desarrollar tu capacidad
creativa.
Echa un vistazo a este vídeo en Youtube si quieres saber más:
Autor: Myriam Catalán Socióloga
Educativa
Fuentes bibliográficas:
· “El elemento: cómo encontrar tu pasión puede
cambiarlo todo”
·“Fuera de nuestras mentes: aprende a
ser creativo]”
Como aquella canción que rezaba “El vídeo
mató a la estrella de la radio”, también la tecnología ha sustituido a los
libros. Es una lástima, porque uno de los factores más importantes en la
educación es la lectura. El problema es que los jóvenes han acabado olvidándola
o, incluso, demonizándola. Algunas veces, porque no encuentran el ejemplo en
casa; otras, porque vuelven saturados de la escuela. Los libros que allí
utilizan se convierten en sus más feroces enemigos.
La solución pasa por hacer más atractivo
este sano hábito, ya que el enfrentarse a un ‘tocho’ sin dibujos y con largas
descripciones puede hacer que el posible lector pierda el interés. Una buena
alternativa son los cómics y novelas gráficas. Su origen data de finales del siglo
XIX y poco a poco esas primeras tiras cómicas se fueron desarrollando hasta
derivar en historias de toda clase de géneros: policíaco, terror, comedia,
romance…
Uno de los autores más importantes es Frank
Miller, creador de ‘300’ y de las sagas ‘Sin City’ y ‘Batman: el caballero
oscuro’. Miller introduce un toque más tenebroso, y sus creaciones han sido
llevadas al cine. Algo parecido ocurre con Robert Kirkman y sus volúmenes de
temática zombie ‘The Walking Dead’, recientemente convertidos en serie de televisión.
El clásico por excelencia es el género de
superhéroes, el cual encabezan ‘Superman’ y ‘Batman’, publicados por la gran
editorial DC Cómics. La competencia, Marvel, engloba a otros como ‘Spiderman’, ‘X-Men’,
‘Iron Man’, ‘Hulk’ o los ‘Cuatro Fantásticos’. En el otro extremo, las
originales propuestas de Alan Moore: ‘Watchmen’, que nos presenta a unos
antihéroes, y ‘V de Vendetta’, toda una fábula revolucionaria.
Ahora que se acercan las navidades, regalar
una de estas joyas literarias será de gran ayuda, no solo para iniciar en la
lectura o recuperar una costumbre perdida, sino también para acercar a los más
jóvenes la cultura audiovisual y hacer que se adentren en planos, guiones e
ilustraciones.
Comienza el FIN DE SEMANA y que mejor
que hacerlo anunciando las novedades de IVEMA.
Los cursos online de programación web
y diseño gráfico dirigido a Programadores informáticos, diseñadores gráficos,
estudiantes y, en general cualquier persona que esté interesada en el
desarrollo de páginas Web y tecnologías afines.
Te aportarán los conocimientos necesarios
para que permitan enfrentarte al desarrollo de un trabajo de diseño gráfico
y de páginas web.
Podrás realizar retoques en fotografías para que resulten más atractivas y componer folletos o carteles, desarrollar páginas web y realizar animaciones.
¿Alguna
vez os habéis preguntado por qué utilizamos el sistema numérico posicional de
base 10?
En la historia han existido muchos sistemas de numeración que han ido
evolucionando de unos a otros y, finalmente, hemos acabado utilizando con mayor
frecuencia éste. Podemos echar un vistazo a algunos sistemas numéricos que han
existido, ver cómo funcionaban e intentar explicar por qué dejaron de usarse. Hoy empezaremos con el sistema de numeración egipcio.
Los
egipcios usaban los siguientes símbolos:
Para
escribir un número repetían tantas veces como fuera necesario los símbolos que
necesitaras de manera que si querían escribir 354.876, entonces dibujaban los
siguientes:
Como
vemos la yuxtaposición de símbolos significa adición y, por tanto, da igual el
orden en el que los dibujemos y que estén mezclados. Es, por tanto, un sistema
no posicional basado en la adición de símbolos. Además, no existe el cero ya
que si no hay nada, no se dibuja nada y punto.
Para
hacer algunas operaciones utilizaremos la siguiente notación:
Suma:
se dibujan los símbolos de los números que se quieren sumar. Se agrupan por
igualdad y cuando tenemos diez símbolos iguales entonces los quitamos y en su
lugar ponemos uno del siguiente tamaño, es decir, de la siguiente potencia.
Ejemplo: 2675+3849
Resta:
se escriben el minuendo y el sustraendo colocando agrupados los símbolos que
sean iguales para facilitar la operación. A continuación se descompone el
minuendo de manera que se puedan eliminar los símbolos del sustraendo y se
procede a tachar los símbolos que haya iguales. Ejemplo: 8215-4588
Como
vemos, las operaciones pueden llegar a ser muy tediosas. Además para escribir
números grandes podemos eternizarnos, eso sin tener en cuenta que no tenían
símbolos para todas las potencias de diez suponemos que porque no manejaban
números mayores. Sin embargo, en este sistema podríamos comparar dos números
muy fácilmente ya que es muy visual. Podríamos pensar otras operaciones como
cuáles serían los criterios de divisibilidad pero con lo que hemos visto hasta
aquí queda bastante claro por qué dejó de usarse este sistema. ¿Cómo podríamos
mejorarlo? Una pista: habría dos caminos, el Sistema Romano y el Sistema Chino.
Los veremos en una próxima entrada.
Espero
que os haya gustado y si queréis más información no dudéis en consultar la bibliografía.