lunes, 11 de febrero de 2013

NO TODO ES LO QUE PARECE


Es muy probable que alguna vez hayáis visto alguna imagen que no era lo que parecía, diferencia de tamaños, imágenes que desaparecían o quién no ha visto alguna vez una imagen que parecía que se movía, cuando en realidad era un simple dibujo estático. Pues bien, esto es conocido como “ilusión óptica”.
Un efecto óptico es cualquier ilusión del sentido de la vista que nos hace percibir la realidad de forma errónea, una distorsión; ya sea en lo relativo a la forma, el color, la dimensión y la perspectiva de lo observado. El ojo nos informa de lo que está viendo, pero el cerebro no es capaz de interpretarlo, esto  ocurre durante la conexión del hemisferio derecho y el izquierdo, que es lo que nos permite tener la capacidad de percepción. Llevándonos a una imagen imposible para nuestro cerebro, de ahí la ilusión.
Los motivos por los que ocurre esto son, por un lado las causas fisiológicas,  puede que lo que estamos viendo tenga excesivo color, brillo o movimiento  (sería el caso de encender una bombilla potente cuando estábamos totalmente a oscuras, el deslumbramiento deja saturado durante unos segundos los receptores luminosos de la retina) o por causas cognitivas,  cuando la causa es la interpretación errónea por parte del cerebro de las señales que el ojo le envía, malinterpretación de la dimensión  de dos objetos debido a la perspectiva, ambigüedad, distorsión…



Aunque no lo parezca, aquí todas las líneas son paralelas

¿Un jarrón o dos caras?


Pero no todas las personas ven igual las ilusiones ópticas; aquí influye  si tenemos o no problemas visuales, la agudeza visual o si somos daltónicos, entre otros.


Así que, nunca os fiéis de lo que veáis, volvedlo a mirar más detenidamente, a lo mejor no es lo que parece…




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