Ahora
que ya ha llegado la primavera, todos queremos tener buen aspecto e intentar
perder esos kilitos que nos sobran y que durante el largo invierno camuflábamos
bajo jerseys, abrigos y bufandas.
Para
evitarlo, lo mejor es cuidarse durante todo el año, ya que una alimentación
saludable y equilibrada no solo nos permite vernos bien físicamente, sino que
también nos ayuda a estar activos, vernos guapos y sentirnos fuertes y que
podemos con todo.
Por
ello, es fundamental aprender a comer bien, porque comer no es solo cocinar y
deglutirlo, no, es saber combinar alimentos, número de raciones que necesita
nuestro organismo al día, formas de
elaboración para que no pierdan propiedades y un largo etcétera.
Tenemos
la gran suerte de vivir en una zona donde la dieta que tenemos es de las
mejores del mundo, de las más envidiadas y copiadas: La Dieta Mediterránea.
Caracterizada
principalmente por alimentos vegetales (pan, arroz, verduras, pasta,
hortalizas, legumbres, frutas y frutos secos), uso de aceite de oliva como
principal fuente de grasa, consumo de pescado, marisco, productos lácteos,
huevos, carnes rojas y un pequeño aporte de vino que se suele consumir en las
comidas.
La
pirámide nutricional nos ayuda a comprender qué alimentos son los principales (la
base de nuestra alimentación) y por tanto que su consumo sea mayor, hasta los
de escaso consumo, además de darnos recomendaciones de orden cultural y social
muy relacionados con nuestro estilo de vida.
Los
beneficios de la Dieta Mediterránea sobre la salud y su papel en la prevención
de muchas enfermedades crónicas son hoy por hoy una evidencia científica, como se
ha comprobado en estudios científicos que incluso han sido interrumpidos antes
de finalizarlos ya que los beneficios de ésta pronto se demostraron. Observándose
una reducción importante en enfermedades como infarto de
miocardio, ictus y las muertes debidas a accidentes cardiovasculares
disminuyeron un 30 por ciento.
Por
lo que a modo de resumen, podemos citar las siguientes recomendaciones:
- Utilizar aceite de oliva como principal grasa; rico en vit.E, beta-carotenos y ac. grasos monoinsaturados.
- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos secos. Aportan muchos minerales, vitaminas, fibra y agua.
- Pan y alimentos procedentes de cereales.
- Los alimentos cuanto menos manipulados, frescos y de temporada mejor.
- Consumo diario de productos lácteos, sobre todo yogurt y quesos
- Consumo moderado de carnes rojas, y si se puede, como parte de guisos y otras recetas. Al igual que los huevos.
- Alto consumo de pescado.
- El agua es importantísima para la hidratación. El vino se recomienda en la comida y siempre con moderación.
- Hacer actividad física a diario.
Autor: Laura Llera
Bibliografía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario