miércoles, 12 de junio de 2013

LOS HARÍA-PODRÍA-DEBERÍA
Los seres humanos nos preocupamos muchísimo por todas esas cosas que podrían suceder en el futuro, pero que no han sucedido todavía, o que podrían haber sucedido en el pasado, pero no sucedieron. Los seres humanos nos preocupamos por esos mundos posibles que los filósofos, más secamente, los denominan contrafactuales. Los contrafactuales son los haría-podría-debería de la vida.


Pongamos un ejemplo:
Pensemos un momento en los medallistas de los Juegos Olímpicos: ¿quién está más contento, el medallista de bronce o el de plata? Podríamos pensar que, objetivamente, el medallista de plata, que, al fin y al cabo, lo ha hecho mejor, estaría más contento. Pero los contrafactuales relevantes son muy diferentes para cada uno de ellos. Para el medallista de bronce, la alternativa relevante era quedarse sin ninguna medalla, resultado del que se ha salvado por poco. Para el medallista de plata, la alternativa relevante era obtener la medalla de oro, resultado que se le ha escapado por poco. Ciertos estudios han corroborado analizando las expresiones faciales de los atletas que los medallistas de bronce parecían realmente más felices que los de plata. La diferencia de lo que podría haber sido supera la diferencia de lo que es en realidad.
  
 



Los contrafactuales nos ponen en evidencia que no sólo vivimos en este mundo, sino que vivimos en un universo de muchos mundos posibles. Son productos de la esperanza y la imaginación.

¿Por qué los seres humanos nos preocupamos tanto de los contrafactuales,
cuando, por definición, son cosas que en realidad no sucedieron?
¿Por qué esos mundos imaginarios son tan importantes para nosotros como los reales?

La respuesta evolutiva de porqué son tan importantes los contrafactuales para los seres humanos es que nos permiten cambiar el futuro. Dado que podemos considerar formas alternativas en que podría ser el mundo, podemos actuar sobre el mundo e intervenir para convertirlo en alguna de esas posibilidades. Cuando actuamos, aunque sea en pequeña medida, estamos cambiando el curso de la historia, llevando el mundo por un camino en lugar de por otro. Por supuesto, hacer realidad una de las posibilidades supone que las otras posibilidades alternativas que hemos considerado no se harán realidad; se convierten en contrafactuales.

    
EMOCIONES QUE SE PUEDEN DERIVAR DEL PENSAMIENTO CONTRAFACTUAL
POSITIVAS
NEGATIVAS
Responsabilidad
Decepción
Confianza
Culpa
Esperanza
Frustración
El precio del pensamiento contrafactual es que éste puede estar seguido de emociones negativas

En definitiva, ser capaz de pensar en esas otras posibilidades es crucial en nuestro éxito evolutivo. El pensamiento contrafactual nos permite hacer nuevos planes, inventar nuevas herramientas y crear nuevos entornos.

¿Pueden los niños pensar de manera contrafactual?
¿Planear el futuro?
¿Reconstruir el pasado?
¿Imaginar lo posible?

La respuesta a estas cuestiones las encontrareis en el próximo post.

Autora: Myriam Catalán

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