Siempre
me ha maravillado esos primeros años de vida del ser humano en el que casi todo
está por hacer. Sobre esta etapa vital tan apasionante hablaré en más ocasiones
pero hoy quisiera poner en evidencia un gran descubrimiento y es que en la
primera infancia, esta etapa que va desde el nacimiento hasta los 2/3 años, está
la base de la SALUD MENTAL.
Existen numerosos estudios científicos que avalan
esta afirmación pero rescataré las palabras de una psicoterapeuta y
psicoanalista SUE GERHARDT que ha dedicado toda su vida profesional a estudiar
a los bebes.
¿Qué
es lo que acaece en este periodo crucial? UNA
HUELLA IMBORRABLE
SUE GERHARDT en su libro EL AMOR MATERNAL (en inglés, Why love
matters) evidencia cómo el amor de los padres y las sensaciones de
placer que éstos procuran a sus hijos modula el desarrollo cerebral del bebe,
en particular las regiones orbitales y frontales capaces de controlar la
amígdala (un pequeño grupo de neuronas que regula las emociones básicas, como
el miedo o la ira), y puede condicionar su gestión del estrés y su vida
emocional posterior. Es decir, en el inicio de nuestra vida nuestros cerebros se afinan
emocionalmente para que más tarde la convivencia social sea armónica.
Es importante, en este periodo
crucial de nuestras vidas, sentirse protegido y querido pues, es en este
periodo, donde el cerebro escogerá la vara de medir de nuestras emociones.
Por supuesto la primera infancia no lo explica todo
porque el cerebro sigue desarrollándose durante toda la vida pero sin duda
durante este periodo el cerebro dobla su tamaño y por su
inestabilidad y rápido crecimiento, sobre todo los sistemas neuronales que
gestionan las emociones, es más susceptible de recibir influencias de las
experiencias con los adultos. De ahí nuestra responsabilidad en su crianza y
educación.
¿Que
hacemos con los bebes? ¿Que aconseja?
Para
SUE GERHARDT,
el cuidado
afectivo de los bebes es la base de la salud mental y el mejor antídoto
de la violencia en los adultos.
Las sustancias bioquímicas generadas por el placer ayudan
a que se desarrollen las actividades superiores del cerebro. Entre las
experiencias placenteras que debemos proporcionar a los bebes nos dice las siguientes
mantener el contacto visual, sonreír, tocarlo, masajearlo, jugar y divertirse
con él, no sólo porque forme parte de la gestión del estrés, sino porque ayuda
a un desarrollo la región orbitaria frontal del cerebro.
El amor como modulador de
cambios cerebrales en los bebes
- SUE GERHARDT “El AMOR MATERNAL”. Ed Albesa 2008
- Carlos González “Bésame mucho”
- J.M. Rodríguez Delgado “La mente del niño: cómo se forma y cómo hay que educarla” ED. Aguilar 2001
- Redes 447: El cerebro del bebe http://www.youtube.com/watch?v=zDMyXAgUSPA
Autora: Myriam Catalán
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