Sí, existe música hecha con
ruidos e incluso sonidos generados electrónicamente, cuya estética está basada
en la búsqueda de un mosaico de texturas y polirritmias que la música
tradicional no puede aportar.
En el siglo XX nace en
Italia el “futurismo”, cuya característica musical principal fue la utilización
de ruidos reales tratados y mezclados con el fin de ser representadas como una
obra de arte sonora. Este tipo de música se denominó “música concreta”, al ser
realizada con sonidos concretos.
Un compositor a destacar
dentro de este estilo es Pierre Henri
Marie Schaeffer y su obra
maestra “Sinfonía para un hombre solo” (Symphonie pour un Homme
Seul)
Más tarde, Karlheinz Stockhausen,
uno de los compositores más importantes e influyentes del siglo XX, para
realizar su obra “El canto de los adolescentes” (Gesang der Jünglinge) utilizó la técnica de la música concreta,
complementándola, además, con sonidos creados artificialmente; esta técnica
mixta se denominó “música electroacústica”, cuya terminología permanecerá hasta
nuestros días para etiquetar a todo tipo de música electrónica, concreta o
mixta.
El canto de los adolescentes se
construye en estratos a partir de la voz grabada de un niño corista
cantando “Preiset den Hern!” o “¡Alabad al Señor!” (cántico de alabanza que se
incluye en las versiones católica y ortodoxa de este episodio). La
canción del niño se descompone en fragmentos fonéticos y se remezcla en el
estilo de la musique concrete (música concreta).
Todo alrededor es una masa tililante de sonido electrónico, que va desde
erupciones de ruido sintetizado hasta frases inquietantemente semejantes a la
voz. Niño y máquina se imitan mutualmente, uniendo mundos naturales y
artificiales.
Recientemente,
durante el festival de Salzburgo, dirigió su Cuarteto para helicópteros. Se trata,
efectivamente, de una pieza para dos violines, viola, violonchelo y cuatro
helicópteros (uno por instrumento).
Stockhausen es considerado el padre
de la música electrónica y fue el músico de referencia para los grupos
como Kraftwerk ,
que hicieron de la música electrónica un objeto de consumo masivo durante los
años ochenta.
Autor: Pablo Guarino
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