Queda poco para las navidades, y seguro que mas de uno de
vosotros está decidiendo donde la pasará. Son fechas para pasar en familia,
celebrando lo bueno que nos ha pasado este año que se marcha y desando que las
cosas sean mucho mejor el año que viene.
El año pasado yo tuve la oportunidad de vivir una
experiencia preciosa. Nos fuimos mi familia y yo a pasar la noche de fin de año
a Londres. Una aventura diferente. Llegamos la víspera de noche vieja, y
pudimos disfrutar del ambiente navideño que se respira en una ciudad como
Londres. Las calles estaban iluminadas de una forma especial, y olían a dulce y
a café caliente. La noche vieja fue diferente, eso desde luego. Cambiamos la
comodidad de nuestra casa por unas entradas para celebrar el inicio de año (una
hora mas tarde) a la orilla del río sentados en el suelo, cenando bocadillos,
compartiendo con los que nos rodeaban, y escuchando música. Pero llegó el
momento, el ultimo minuto del año 2014, y en ese momento daba igual que
estuviéramos en otro país, cogimos nuestras uvas ante la mirada extraña de
muchos de los que nos rodeaban, y con cada campanada reflejada en el edificio
situado detrás del London Eye, nos comimos cada una de las tradicionales 12
uvas españolas. Y después... Después daban igual si nos conocíamos o no, todos
nos abrazamos ante la alegría de disfrutar de un nuevo año.
Después de ese minuto de euforia empezaba el verdadero
espectáculo. 10 minutos de imparables fuegos artificiales que nos dejaron a
todos con la sonrisa en la boca.
Toda una experiencia, que yo recomiendo. Merece la pena
celebrar las fiestas con otras costumbres o de otra forma a la que estamos
acostumbrados. Nos enriquece.
¡Felices Fiestas a todos!
Autora: Noelia M.
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